La rama de la ética que trata los problemas morales referidos al medio ambiente es la ética ambiental.
La dimensión ética no se fundamenta exclusivamente en el beneficio individual, sino que se basa en el conocimiento individual sobre el alcance de los propios actos y esencialmente, en la voluntad personal por alcanzar un compromiso ajustado a unos principios que son prioritarios.
La ética medioambiental es un compromiso de cuidar y proteger en el entorno del que nos beneficiamos a diario.
Se concreta en el objetivo de la explotación sostenible de la naturaleza por parte de la especie humana
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